La lluvia de meteoros Leónidas, uno de los eventos celestes anuales más conocidos, alcanzará su máxima actividad la próxima semana. Si bien históricamente han sido capaces de producir espectaculares “tormentas de meteoritos”, se espera que la exhibición de este año sea relativamente modesta. Los observadores norteamericanos deberían mirar al cielo en la mañana del martes 18 de noviembre, pero deberían moderar las expectativas.
Contexto histórico y pronósticos actuales
Las Leónidas son famosas por exhibiciones pasadas, incluidas intensas tormentas en 1799, 1833 y 1966, cuando se observaron miles de meteoros por hora. Los picos más recientes, aunque menos dramáticos, se produjeron en 1999, 2001 y 2002. Sin embargo, las perspectivas actuales sugieren un espectáculo mucho menos impresionante. Los expertos predicen sólo entre 5 y 10 meteoros por hora para América del Norte, con una actividad máxima antes del amanecer del martes.
La ciencia detrás del espectáculo
Las Leónidas se originan a partir de los restos dejados por el cometa periódico Tempel-Tuttle, que orbita alrededor del Sol cada 33⅓ años. A medida que el cometa viaja, deja un rastro de polvo y rocas. Cuando la Tierra pasa a través de esta corriente de escombros, las partículas se queman en nuestra atmósfera, creando los rayos de luz que vemos como meteoros. La lluvia recibe su nombre de la constelación de Leo, ya que los meteoros parecen irradiar desde esa zona del cielo.
Por qué este año será débil
La intensidad de las Leónidas varía mucho dependiendo de qué tan cerca se cruza la Tierra con las partes más frescas y densas del rastro de escombros del cometa. Tempel-Tuttle pasó cerca del sol por última vez en 1998, lo que provocó manifestaciones más fuertes en los años inmediatamente siguientes. Ahora, a medida que el cometa se aleja del Sol, el rastro de escombros se ha extendido, lo que ha resultado en tasas de meteoritos más bajas.
Dónde y cuándo mirar
Para los observadores norteamericanos, el mejor momento para observar será antes del amanecer del martes 18 de noviembre. La luna, en su fase creciente estrecha, no interferirá con la observación. Sin embargo, incluso en condiciones ideales, es probable que los meteoros aparezcan sólo cada 6 a 12 minutos.
Para los observadores de Asia central y oriental, particularmente Japón, la actividad máxima puede ser ligeramente más fuerte, con potencial de hasta 15 meteoros por hora. Una interacción menor con los escombros de 1699 podría aumentar la cantidad de meteoros brillantes, aunque esto es incierto.
Cómo observar
Ver una lluvia de meteoritos requiere un equipo mínimo. Simplemente busque un lugar oscuro lejos de las luces de la ciudad, recuéstese y observe el cielo. Leo, la constelación de la que parecen originarse los meteoros, será completamente visible después de la medianoche y ascenderá más alto en el cielo hacia el amanecer.
Los meteoros Leónidas entran en la atmósfera a una velocidad excepcionalmente alta (72 kilómetros por segundo), lo que da como resultado rayas brillantes y duraderas. Sin embargo, este año es poco probable que se produzcan bolas de fuego tan espectaculares.
Mirando hacia el futuro
Si bien se espera que 2025 sea un año débil, las Leónidas mejorarán gradualmente a medida que el cometa Tempel-Tuttle se acerque al sol. Las mejores exhibiciones del próximo ciclo se pronostican para 2034 y 2035, con tasas horarias que podrían alcanzar cientos de meteoros.
Para aquellos ansiosos por presenciar una lluvia de meteoritos más prolífica, se espera que las Gemínidas de diciembre, que alcanzarán su punto máximo en las noches del 13 y 14 de diciembre, produzcan más de 100 meteoros por hora. Esta ducha es considerada la más confiable e impresionante del año.



























